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El importe de la pensión por incapacidad se basa en la base reguladora y el porcentaje que se aplica según el tipo de incapacidad concedida.

Base reguladora: Se calcula en función de las cotizaciones del trabajador antes de la incapacidad. La forma de cálculo varía según si la incapacidad se debe a enfermedad común, accidente de trabajo o enfermedad profesional.

Porcentajes aplicados:

• Incapacidad Permanente Parcial: Pago único del equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora.
• Incapacidad Permanente Total: 55% de la base reguladora, ampliable al 75% si tienes más de 55 años y dificultades para encontrar otro empleo.
• Incapacidad Permanente Absoluta: 100% de la base reguladora.
• Gran Invalidez: 100% de la base reguladora más un complemento adicional para asistencia de terceros.

Si tienes dudas sobre cuánto podrías recibir en tu caso concreto, en Vázquez Macías Abogados realizamos un cálculo detallado y te ayudamos a reclamar la cantidad que te corresponde.

Si la Seguridad Social ha rechazado tu solicitud de incapacidad, aún hay opciones para reclamar. En muchos casos, la denegación se debe a informes médicos insuficientes, falta de documentación o una evaluación incorrecta de tu situación.

El primer paso es presentar una reclamación administrativa previa dentro del plazo de 30 días hábiles desde la notificación de la denegación. En esta fase, aportamos nuevos informes médicos y argumentos legales para demostrar que sí cumples los requisitos. Si la Seguridad Social vuelve a rechazar la incapacidad, podemos presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social, donde un juez evaluará tu caso de manera independiente.

En Vázquez Macías Abogados, contamos con experiencia en reclamaciones de incapacidades y podemos ayudarte a luchar por tus derechos. No dejes que una negativa te impida recibir la prestación que te corresponde.

El tiempo de resolución de una solicitud de incapacidad varía en función de diferentes factores, como la carga de trabajo de la Seguridad Social y si es necesario recurrir la decisión inicial.

Por lo general, la Seguridad Social tiene un plazo de 135 días hábiles (alrededor de seis meses) para emitir una respuesta desde que se presenta la solicitud. Si la incapacidad es concedida en esta fase, el proceso finaliza y comienzas a recibir tu pensión.

Sin embargo, si la solicitud es denegada y hay que interponer una reclamación previa, este plazo se amplía, ya que la Seguridad Social tiene otros 45 días hábiles para responder. En caso de que también rechacen la reclamación y sea necesario acudir a la vía judicial, el proceso puede prolongarse entre 6 meses y 2 años, dependiendo del juzgado que tramite el caso.

Desde Vázquez Macías Abogados, nos aseguramos de que el procedimiento sea lo más ágil posible y te acompañamos en cada fase del proceso.

Depende del tipo de incapacidad que te concedan. Si tienes una incapacidad permanente total, puedes trabajar en otra profesión diferente a la que realizabas antes de la incapacidad. De hecho, muchas personas compatibilizan su pensión con otro empleo adaptado a sus condiciones de salud.

En el caso de la incapacidad permanente absoluta y la gran invalidez, la normativa establece que el beneficiario no puede desempeñar ningún tipo de trabajo, ya que se considera que su estado de salud no lo permite. Sin embargo, existen algunas excepciones, como actividades que no supongan un rendimiento económico significativo o ciertos trabajos adaptados a discapacidades concretas.

Si estás considerando trabajar mientras recibes una pensión de incapacidad, es importante consultar con un abogado especializado para evitar conflictos con la Seguridad Social. En Vázquez Macías Abogados, te asesoramos para que puedas tomar la mejor decisión sin arriesgar tu prestación.

Para solicitar una incapacidad permanente, es fundamental presentar documentación que respalde tu estado de salud y la imposibilidad de continuar con tu actividad laboral. Los documentos básicos que necesitarás incluyen:

– Informes médicos actualizados: Deben detallar tu enfermedad o lesión, la evolución de tu estado de salud y cómo afecta a tu capacidad para trabajar. Es recomendable incluir informes de especialistas.
– Historial clínico: Recoge todas las pruebas diagnósticas, tratamientos y seguimientos médicos que has recibido.
– Parte de accidente o enfermedad profesional (si aplica): En caso de que la incapacidad derive de un accidente de trabajo o enfermedad profesional.
– Vida laboral y bases de cotización: Para acreditar tu tiempo cotizado y determinar si cumples los requisitos.
– Solicitud oficial del INSS: Formulario de incapacidad debidamente cumplimentado.

Dependiendo del tipo de incapacidad que solicites, pueden requerirse documentos adicionales. En Vázquez Macías Abogados, te ayudamos a reunir toda la documentación necesaria para evitar retrasos o errores en tu solicitud.

Las tres categorías de incapacidad permanente reconocidas por la Seguridad Social tienen diferencias clave:

Incapacidad Permanente Total: Te impide desempeñar tu profesión habitual, pero puedes realizar otras actividades laborales compatibles con tu estado de salud. La pensión suele ser del 55% de la base reguladora, aunque puede aumentar al 75% si tienes más de 55 años y se considera que no puedes encontrar otro empleo.

Incapacidad Permanente Absoluta: Se concede cuando tu estado de salud te impide realizar cualquier tipo de trabajo, no solo tu profesión habitual. La pensión corresponde al 100% de la base reguladora.

Gran Invalidez: Es el grado más alto de incapacidad y se otorga a quienes, además de no poder trabajar, necesitan ayuda de otra persona para las actividades diarias básicas (vestirse, alimentarse, desplazarse, etc.). La pensión incluye un complemento económico adicional para cubrir estos gastos.

Si no tienes claro cuál es la incapacidad que puedes solicitar, en Vázquez Macías Abogados analizamos tu caso y te asesoramos para obtener la prestación que mejor se adapte a tu situación.

Sí, muchas enfermedades crónicas pueden dar derecho a una pensión por incapacidad, siempre que afecten de forma significativa a tu capacidad para trabajar. La clave no es solo el diagnóstico, sino el grado de afectación y las limitaciones que te genera en tu día a día laboral.

Algunas enfermedades crónicas que pueden justificar una incapacidad son:

–  Enfermedades musculoesqueléticas (artrosis avanzada, fibromialgia, hernias discales, espondilitis anquilosante).
– Enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple, párkinson, epilepsia severa).
– Trastornos mentales graves (depresión mayor, trastorno bipolar, esquizofrenia).
– Enfermedades cardiovasculares (insuficiencia cardíaca, hipertensión pulmonar).
– Enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn).

Cada caso debe ser evaluado individualmente y es fundamental contar con informes médicos detallados que demuestren la limitación funcional que provoca la enfermedad. En Vázquez Macías Abogados, te ayudamos a preparar tu solicitud para aumentar las posibilidades de éxito.

Sí, puedes iniciar el proceso de solicitud de incapacidad mientras sigues dado de alta en tu empresa. De hecho, es común que las personas comiencen este trámite mientras están en baja médica por la enfermedad o lesión que les impide trabajar.

El proceso suele seguir estos pasos:

1. Baja médica por incapacidad temporal: En muchos casos, la incapacidad permanente se solicita cuando el trabajador ya lleva varios meses de baja y los médicos consideran que su recuperación no es posible.
2. Valoración del INSS: La Seguridad Social revisará tu estado de salud y determinará si te concede una incapacidad permanente.
3. Resolución de la incapacidad: Si se aprueba, dejarás de estar dado de alta en la empresa y empezarás a recibir la pensión correspondiente.

Es importante saber que solicitar la incapacidad mientras trabajas no implica un despido automático. Mientras la resolución esté pendiente, sigues siendo trabajador en activo. En Vázquez Macías Abogados, te guiamos para que el proceso sea lo más seguro y rápido posible.

La compatibilidad entre la pensión de incapacidad y la pensión de jubilación depende del tipo de incapacidad y del sistema de cotización en el que te encuentres. En la mayoría de los casos, cuando un beneficiario de una pensión por incapacidad permanente absoluta o gran invalidez alcanza la edad ordinaria de jubilación, su prestación se convierte automáticamente en una pensión de jubilación, manteniendo el mismo importe.

Sin embargo, si la incapacidad concedida es una incapacidad permanente total, existen dos escenarios posibles:

1. Si la incapacidad deriva de enfermedad común: Cuando el trabajador alcanza la edad de jubilación, debe optar entre seguir cobrando la pensión de incapacidad o solicitar la pensión de jubilación, eligiendo la más favorable.
2. Si la incapacidad deriva de accidente laboral o enfermedad profesional: En este caso, ambas pensiones pueden ser compatibles, siempre que la normativa lo permita.

Es importante analizar cada caso en detalle, ya que pueden existir diferencias según el régimen de cotización (Régimen General o Autónomos) y otras circunstancias personales. En Vázquez Macías Abogados, te asesoramos para que tomes la mejor decisión y no pierdas derechos económicos.